viernes, 9 de diciembre de 2011

Construyendo una casa, con material del lugar

El fin de semana estuve participando en un taller de bioconstrucción. El equipo docente era liderado por Andrea Venegas y Jon De Toy, quienes nos adentraron a mí -y cerca de 15 personas más- en este maravillosa y mística práctica: construir con las manos y con barro y reemplazar las estructuras de hormigón o materiales procesados.

Entre medio de bosques en Reñaca, metimos las manos y pies al barro y aprendimos varias técnicas de cómo generar una versión del histórico cuento de los "3 chanchitos", pero con un componente estructural importante para que lo construido en base a material del suelo, sea considerado incluso "antisísmico".



El grupo se afiató naturalmente, tan espontáneo como la magia del lugar permitía, y seguramente a todos se nos pasó por la mente que para lograr concretar una vivienda natural y ecológicamente responsable, había que tener un equipo de personas que se apoyaran y tuvieran un sentido común: tal vez terminaremos entre los mismos 15 potenciado las casas de los otros, tal como se hace en Chiloé con las "Mingas".

Disfruté mucho la cercanía el aire, los sonidos y el tacto con la naturaleza, algo que está bien lejano de la rutina de la oficina.

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